El Cuatro

El Cuatro, más que una banda es un lugar; un lugar en donde se funde la sabana con la urbe, donde el vuelo de la garza se mezcla con el asfalto, el afán y el caos de la ciudad; un lugar de encuentro entre varias culturas de a caballo, el mismo lugar que ocupan las antiguas melodías de trabajo de los esclavos en alguna plantación del sur de Estados Unidos, compartiendo con un canto de ordeño en algún lugar del llano casanareño.

De ahí parte todo. De ese Leco del cabrestero guiando un lote de toros en plena sabana, heredero de una tradición mora, blanca e indígena; de esa guitarra nostálgica que nos recuerda esos tiempos donde el rock mismo nació: parido por la enseñanza de un blanco y la herencia de un negro. El Cuatro es música de a caballo, de nostalgia, de herencia, de amor por la tierra; de la rebeldía y el orgullo propios del hombre llanero, del jinete, del cantor; con la tristeza y la rabia del que fue esclavo y también, como dijo el poeta: “con el aire altivo de quien se crió libre y solo”.

Así suena El Cuatro. A Joropo, a Blues, a Grunge, a guayoyo cerrero con Moonshine, a un camino polvoriento al sur del Misisipi, que puede ser ese mismo camino que en su niñez transitaba Guille, su cantante, en la hermosa tierra casanareña.

Tan libre es la música de El Cuatro que va desde la tradición hasta la fusión mas atrevida, tan grande es su amor por su tierra y por su música que a donde va, va con un cuatro en las manos; Porque es eso, raíz, identidad, sinceridad.